La fecundacion (embarazo)


Durante la eyaculación, el varón aporta unos pocos centímetros cúbicos de semen que contienen varios cientos de millones de espermatozoides. Cuando el esperma es depositado en el interior de la vagina de la mujer, sólo una de esas células fecundará el óvulo. El motivo de que se liberen tantos espermatozoides reside en la altísima mortalidad de ellos a lo largo de su viaje a través de aparato reproductor femenino.

Fecundación del óvulo

Durante el proceso de fecundación del óvulo, sólo un espermatozoide conseguirá romper la barrera y alcanzar su interior

El espermatozoide o espermatozoo, es una célula germinal masculina dotada de movilidad, cuya misión es desplazarse dentro del aparato reproductor femenino, con objeto de alcanzar el óvulo y fusionarse con él para dar lugar al huevo o cigoto. Consta de una cabeza y cola; la cola es un flagelo recubierto por la membrana citoplásmática que le imprime movimiento mediante vibraciones; la cabeza contiene el núcleo con los cromosomas, y su cubierta (el acrosoma) tiene la forma de un caperuzón con capacidad para perforar la membrana del óvulo, introducir en él los cromosomas y fecundarlo.

Los espermatozoides se desplazan a través del cérvix uterino y las trompas de Falopio por efecto de la enérgica vibración de sus colas. Durante el coito, esta operación es favorecida por las contracciones musculares que se derivan de la estimulación sexual, siendo absorbidos más fácilmente hacia el interior del útero.

Los numerosos espermatozoides que consiguen alcanzar la parte superior de la trompa de Falopio intentan atravesar la llamada corona radiata, o células foliculares que la rodean, mediante la liberación de la hialuronidasa, una enzima que intenta romper esa barrera. La fecundación propiamente dicha ocurre cuando uno sólo de esos espermatozoides consigue introducir su cabeza a través de la membrana del óvulo.

Una vez en su interior, para evitar que ningún otro espermatozoide lo alcance, la membrana se torna rápidamente en una barrera de fertilización, muy gruesa, permitiendo que sólo el espermatozoide que ha roto la barrera consiga finalmente alcanzar el núcleo del óvulo, negando el acceso a los demás. Ya juntos los dos núcleos se produce la formación del zigoto o célula huevo, el cual adquiere una dotación cromosómica diploide, es decir, adquiere los caracteres hereditarios procedentes del padre y de la madre, comenzando seguidamente a dividirse activamente, y a desplazarse por la trompa hasta su implantación definitiva en el útero.

El óvulo que abandona el ovario puede ser fecundado dentro de un periodo que se estima entre las 8 y 48 horas. Por su parte, un espermatozoide puede vivir en el interior del aparato reproductor femenino unos tres días, pero alcanza y fecunda el óvulo a partir de las 24 horas aproximadamente. Esto significa que el periodo eficaz para la fecundación es muy corto, y por tanto deben darse condiciones favorables y el momento oportuno para la fructificación.

Implantación del embrión

Cuando se produce el zigoto u óvulo fecundado, la trompa de Falopio y sus cilios epiteliales lo empujan hacia el útero, donde se implantará definitivamente. Este proceso dura unos 7 días y en su movimiento se realiza una división activa, de tal forma que cuando alcanza el útero ya es un embrión de varios cientos de células.

Al tomar contacto con el endometrio o pared uterina, éste ya se encuentra preparado para alimentar y anidar el embrión, mediante la segregación de progesterona por parte del cuerpo lúteo del ovario. Los alimentos son absorbidos por el embrión mediante unas terminaciones que penetran en la pared uterina, y que más tarde, alrededor de la tercera semana de gestación, terminarán por constituir la placenta, órgano éste muy especial que suministrará sangre procedente de la madre con oxígeno y sustancias alimenticias.


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